Hoy en día vivimos llenos de
agotamiento, estresados, nos sentimos “quemados”, llevándonos a anhelar fuentes
de energía. Por eso en el presente libro se describen aquellas que abastecen
nuestra vida de agua siempre fresca y vivificadora. Recordemos que las fuentes
de las que bebamos depende que nuestra vida tenga o no buen éxito.
1.
Fuentes
turbias
ü Las
que no dan claridad en nuestra vida
ü Se puede
presentar: la depresión por agotamiento, por ejemplo, que aparece precisamente cuando la fuente interior está
“agotada”, es decir, cuando se seca porque se ha pretendido explotarla
demasiado aprisa y de un modo demasiado insensible.
1.1 Emociones negativas
ü Enturbian las
fuentes de las que bebemos.
ü El miedo,
desempeña un papel tanto positivo, de advertencia, o negativo, que nos bloquea
y paraliza.
ü La ambición, un
cierto grado de esta es positivo, en la medida que nos ayuda a trabajar y a
esforzarnos solícitamente para poder desarrollar nuestras capacidades.
ü La adicción al
trabajo, es actualmente socialmente aceptada relacionada con el afán de honor.
ü La razón de esta
muchas veces es que necesita el trabajo para ocultar el vació de su alma.
ü El perfeccionismo,
se vive sometido a la presión, te quita energía.
ü Querer
demostrarse algo a sí mismo, cuando no
nos entregamos a las personas o al trabajo, sino que giramos entorno a nosotros
mismos, “ese querer demostrar tu valía” te agota.
ü Someterse a la
presión de unas expectativas, no somos nosotros mismos sino el que los demás
quieren.
ü La rivalidad y
la presión competitiva.
ü La compulsión
de control, el impulso de pretender comprobarlo y controlarlo todo es otra
fuente turbia. Para ellas todo debe estar claro, ordenado, bajo control, de lo
contrario temen de que la vida pueda escapársela.
ü La falta de
inseguridad de uno mismo.
ü La depresión.
Tienen la impresión de estar sin fuerzas, las actividades más insignificantes
les exige un esfuerzo enormemente desmesurado. Muchos saben que les hace bien
salir a pasear, pero no son capaces de hacerlo.
ü Esta tiene
muchas causas tanto físicas y psíquicas.
ü Además nos
indica que hemos excedido nuestra medida, no hemos prestado oído a las señales
de nuestra alma y si es así, la depresión sería también una invitación al
sosiego y a sentarse junto a las fuentes interiores que nos refrescan y
reaniman.
ü La irritación,
se dejan determinar demasiado por otras personas, no están en contacto consigo
mismas.
1.2 Modelos destructivos de vida
ü De este modelos
solo podemos liberarnos preguntando por sus causas.
ü Una actitud de
miedo que procede de la propia historia personal tiene su origen en un
sentimiento profundo de la propia falta de valor.
ü Las emociones,
como su propio nombre lo indica (“emoción” viene de emovere =mover de), son fuerzas que nos ponen en movimiento.
ü Las personas
sin estímulo emocional deben hacerlo todo a base de entendimiento y voluntad.
Pero sin emociones, el entendimiento y la voluntad son como un motor que no está
engrasado, y por eso se recalienta.
ü Un miedo
distinto es el miedo a la propia culpabilidad, la causa muchas veces de esto es
nuestro modelo de vida.
1.3 Exaltación religiosa
ü Los seres
humanos tienden a dotar sus comportamientos de un significado más alto.
ü Dan alergia las
que justifican con sus convicciones cristianas su incapacidad para enfrentarse
a ellos, pues percibo que exaltan religiosamente su debilidad y pretenden
hacerla pasar por fortaleza espiritual. Por ejemplo: “Jesús nos pide que llevemos nuestra cruz”, llevar la cruz en el
sentido de Jesús significa enfrentarse a los conflictos.
ü Considerar que
quien deja aislado su lado oscuro se
aleja de una importante fuente de energía.
ü La teología de
la “patata” se esconde dentro de algunas cabezas sacerdotales y marca su
conducta…hasta el agotamiento. Quien piensa que ha de estar disponible sólo
para los demás y olvidarse por completo de sus propias necesidades, hasta
dejarse incluso “hacer puré”, está bebiendo de una fuente turbia. Es verdad que
esta actitud parece piadosa, pero no tiene su origen en el Espíritu de Jesús,
sino en el espíritu destructivo de una teología inhumana y, en último término
agresiva, pues “hacer puré” las propias necesidades expresa una enorme
agresividad contra uno mismo. Y de tal agresividad contra uno mismo no sale
bendición alguna, sino tan solo dureza y endurecimiento.
ü La meditación
es para mí un camino importante para entrar en contacto con mi fuente interior.
Pero conozco a personas que meditan para rehuir la vida. Se refugian en la
meditación porque son incapaces de darse al prójimo.
ü Tener en cuenta
que sacrificio significa entrega, pero un sacrificio con el que someto a
presión a los demás no es una entrega, sino un medio para atarlos y obligarlos
a mí. Brota entonces de una fuente turbia, y lo que causa en el entorno es
falta de claridad y desconcierto.
2.
Fuentes
claras
ü El anhelo de la
fuente clara es el anhelo de que nuestra vida fluya. La psicología habla hoy
del “sentimiento de fluir” el cual es efectivo en nosotros cuando nos
entregamos al trabajo y a las personas…No es importante lo que los demás
piensen de nosotros o el modo en que juzguen nuestro trabajo… nuestra energía
fluye hasta el interior del trabajo. Quien trabaja con tal sentimiento de fluir
trabaja con mayor eficiencia que quien debe arrancarse el rendimiento.
2.1 Referencia
a la infancia
ü Descubro mi
fuente personal cuando me pregunto: ¿de dónde sacaba de niño mi fuerza?, ¿dónde
fluía más mi energía?, ¿a qué podía jugar durante horas sin cansarme?. Si me
acuerdo de aquellas situaciones entro en contacto con mi propia fuerza.
2.2 Amenazas en nuestro interior
(en una hoja
poner un punto y preguntar que ven, si solo ven el punto negro está mal porque
no aprecian el resto de hoja blanca que es todo lo positivo que podemos tener)
ü Es muy
importante estar en sí mismo y el propio centro, ante las dificultades
exteriores lo que importa es precisamente percibirse asimismo. para ello hay
ayudas muy sencillas, una de ellas puede consistir , en poner la mano sobre el
vientre e imaginar” aquí, dentro de mí hay una fuente, aquí percibo fuerza,
creatividad, fantasía. Puedo confiar en mí mismo, en mí está la solución”.
ü Jesús nos ha
mostrado con su conducta cómo hemos de reaccionar ante situaciones exteriores
que nos acosan, cuando los fariseos le llevaron una mujer sorprendida en
flagrante adulterio se sentido metido en un aprieto…(Jn 8), pero Él en lugar de fijar la mirada en los demás y
romperme la cabeza pensando cómo puedo satisfacer sus expectativas o reaccionar
sensatamente ante sus ataques hostiles, primero debo detenerme un momento y sentirme
a mí mismo.
2.3 Caminos hasta los recursos
propios
ü Es no solo más fácil,
sino también más eficaz, ayudar a encontrar acceso a sus recursos y que desde
ahí descubra por sí mismo maneras de vivir su vida en el presente. Los accesos
a dichos recursos múltiples:
ü La fuerza
imaginativa, puedo crear en mi un mundo propio, pudiendo ser este tan real y efectivo como el mundo exterior que me exige
demasiado o me entristece.
ü Los
psicoterapeutas nos aconsejan que nos preguntemos dónde nos sentimos bien y que
nos pongamos interiormente en tales situaciones.. de este modo entramos en contacto
con el potencial de posibilidades y energías que hay entre nosotros.
ü El recuerdo.
ü La imaginación
activa, con ella podemos representarnos los contenidos del inconsciente, ésta
nos muestra maneras de seguir adelante y nos descubre las fuentes que tenemos a
nuestra disposición. Jung (terapeuta suizo) desarrollo la imaginación activa
sobre todo con relación de los sueños y comprobó que hacer conscientes los
contenidos inconscientes pintando, bailando o imaginando, produce un efecto
saludable en el alma.
ü ….mediante esta
imaginación se puede abrir espacios en los que estamos a gusto, espacios en los
que podemos estabilizar nuestra identidad, plantear problemas y ocuparnos de
ellos.
2.4 De dónde procede la salud
ü Hacerse la
pregunta: ¿cuáles son las condiciones para que las heridas no le hagan romperse
a una persona, sino que le permitan crecer?
ü Las
investigaciones sobre la salud ha constado que unas buenas relaciones
interpersonales contribuyen esencialmente a la salud y a una vida lograda.
2.5 El niño interior
ü Este representa
el potencial de creatividad y fantasía que encontramos dentro de nosotros.
ü Cuando uno se
lamenta de que sus padres lo hirieron tanto, son estos casos que es importante
ser padre y madre de uno mismo.
ü Pero en mí no
está solo el niño abandonado, sino también el niño divino, el cual es el niño
interior.
3.
La
fuente del Espíritu Santo
ü Un criterio
importante para saber si bebemos de la fuente del Espíritu Santo es que nos
entregamos sin querer a la realidad del momento. (1Pe 4,11)
3.1 Impulsos saludables
ü El evangelista
Juan interpreta esta fuente interior que mana de nosotros refiriéndola
explícitamente al Espíritu Santo: (Jn 7,39)
ü La samaritana
ü La imagen de la
fuente es un símbolo central y constantemente repetido en el evangelio de Juan.
ü Jn 5,6-8
ü Jn 9,7
ü La fuente en
estas 2 historias, tienen 5 significados: refresca, limpia, sana, fecunda y
fortalece.
3.2 El fruto del Espíritu
3.3 Virtudes y valores
3.4 Sentido y orientación
4.
El
camino Espiritual
4.1 Palabras llenas del Espíritu
ü La Biblia
4.2 Meditación y oración
ü La tradición
del monacato conoce 2 métodos de meditación: la ruminatio y la lectio divina.
4.3 La fuerza de los ritos
4.4 Tiempos de silencio y
tranquilidad
4.5 La experiencia de la
naturaleza
ü La
naturaleza es una invitación de beber continuamente de la fuente de la vida.
1.
Imágenes
Bíblicas
ü En la Biblia la
imagen de la fuente desempeña un papel importante. En última instancia, con
ella se simboliza siempre una experiencia intensa: cuando el ser humano se
encuentra con Dios y lo experimenta en su misterio, nace en él una fuente. Dios
mismo se convierte en fuente para él.
ü Sal 36, 9-10
ü Sal 104, 10
ü Sal 42,2
ü Sal 114,8
ü Sal 87
ü Pr 14,27
ü Pr 13,14
ü Pr 16,22
ü Pr 18,4
ü Pr 25,26
ü Ct 4,12
ü Ct 4,15
ü Is 12,3
ü Is 35,6s
ü Is 49,10
ü Jr 2,13
ü Os 13,15
ü Ez 47,9
ü Ap 7,17
2.
Las
fuentes de las que yo bebo
ü Agradecer por
mi niñez- familia
ü Escuela
ü Parroquia
ü Las
conversaciones
ü Tener
experiencia en la lectura
ü Beber de la
fuente de mi vida como religioso- Eucaristía
3.
Busca
tus propias fuentes
ü Nadie puede
limitarse a copiar su vida de la del otro. Cada cual debe descubrir sus propios
recursos. Presta atención a todo cuanto favorece y fortalece tu propia vida.
ü Empieza por tu
infancia: ¿Dónde fluía en ti la energía cuando eras niño?, ¿Dónde podías
quedarte absorto durante horas?, ¿adónde te retirabas de niño?, ¿cuál era tu
juego preferido?, ¿con que eras capaz de entusiasmarte?, ¿en qué empleabas tu
fuerza?
ü ¿Qué fuentes te
regalaron tus padres?, ¿Qué has aprendido de tu padre y de tu madre?, ¿cómo
hacía frente a su vida tu padre?, ¿Cuál era la fuente vital de tu madre?,
¿sientes las raíces sanas de tus padre y abuelos desde la que crece el árbol de
tu vida?, ¿o tienes la impresión que las raíces están dañadas o incluso envenenadas?,
¿Dónde haz echado raíces, entonces para poder vivir?
ü Para recordar
ayudará mirar tus fotos de niño.
ü Una fuente ha
de fluir. No puedes quedarte el agua de la fuente exclusivamente para ti. Solo
se mantiene fresca y refrescante si
corre.
ü La fuente ha de
correr en ti, pero también, de ti hacia los demás. ¿adónde fluye hoy la energía
que hay en ti?
ü Si te da la
impresión de que la vida está detenida,
entonces imagina hacia donde desea corre tu energía. ¿Qué te vivificaría?,
¿unas bonitas vacaciones en un país extranjero?, ¿ o algún trabajo que te
dedicaras con gusto?, ¿o más bien una actividad creativa?.
ü Sueña
simplemente para ti lo que te gustaría
hacer. Y no desvalorices inmediatamente tus sueños con el argumento de que de
todas maneras son poco realistas. En los sueños es importante admitir ideales
sin preguntar de inmediato por su realización concreta. Solo en segundo paso
debes reflexionar sobre el modo en que puedes concretar eso. ¿puedes hacer
realidad tus sueños en tu profesión actual?, ¿o debes buscar otro
trabajo?, ¿es el sueño quizá una imagen de lo que estás haciendo? entonces la
imagen podría contribuir a que la energía fluya de nuevo en ti.
ü Contempla tu
entorno, tu familia…
ü Puedes
clasificarlo: lo que le da energía a tu vida y lo que te la arrebata
ü Pregúntate
siempre cual puede ser tu misión absolutamente personal. Intenta describir el
sentido de tu vida. Es la razón decisiva para que corra la fuente interior.
ü Da lo que tienes.
Saca fuera tus capacidades. Confía en tu propia competencia, descubre tus propias posibilidades y deja que otros participen
de ellas. Entonces la vida que produce tu fuente también podrá ser útil a los
demás.
ü Pregúntate cómo
puedes llegar a ser una bendición para los demás.
ü El concepto
bíblico de misión también es importante
para tu vida. Se nos ha enviado a este mundo para cumplir una tarea. La tarea
originaria que Dios encomendó a Adán y Eva era: ”sed fecundos” (Gn 1,28). Esto
no solo significa tener hijos, sino también que su vida debía dar fruto para la
tierra y para la humanidad.
ü Cada cual puede
convertirse en luz para la oscuridad del otro. Cada cual se encuentra
diariamente con otras personas y deja en ellas su huella personal. Dicha huella
puede imprimirse de distintas maneras… decídete por la posibilidad positiva. No
te compares con otros ni caigas en la tentación de desvalorizarte porque otros
hacen cosas mayores…lo importante es otra cosa: ¿qué vitalidad y sentido transmites a este mundo?, ¿Qué huella vital
imprimes con todo cuanto haces y eres?
ü Imagínate lo siguiente… poco antes de tu muerte,
escribes a un amigo o amiga lo que
quisiste decir o transmitir con tu vida. No se trata de doctrinas sino de lo
que tu quisiste expresar con tu existencial personal. ¿de qué quisiste dar
testimonio?, solo de ti , o de algo más grande… amor , del Dios
misericordioso?, ¿qué puede leer la gente en ti y en tu vida?, ¿ cuál es el
mensaje que quisiste transmitir a los demás?, ¿ qué podrá decir la gente de ti
después de tu muerte?, ¿qué recuerdo querrías que la gente tuviera de ti?, ¿qué
imágenes de tu vida quisieras estampar en los corazones de las personas?, aun
cuando, naturalmente, nuestras motivaciones siempre son complejas y nunca
pueden reducirse a una sola cosa, es importante que rindas cuentas ante ti mismo de cual es el móvil más
profundo de tu vida.
ü Entonces aquí
empezará a fluir la fuente, porque para tu vida necesitas una imagen.
ü Si preguntas
por tu misión, te diré que no supone decir” debo transformar el mundo entero”.
Pero cada uno, marca este mundo con su irradiación personal, con las palabras
que decimos, con el estado de ánimo que difundimos, son los pensamientos y
deseos que de nosotros salen. No somos responsables del mundo entero. Pero sí
somos responsables de aquella parte del mundo que constituye nuestro entorno. O
que de nosotros sale es cono un piedra que se lanza al agua y produce ondas
concéntricas.
ü Nuestra tarea
es reconciliarnos con el “defecto” que tenemos (ejemplo: depresión). Entonces a
través de su enfermedad irradiará usted clemencia y esperanza sobre este mundo.
Entonces el mundo se hará más luminoso y más sano gracias a usted. la otra
alternativa consiste en recriminar constantemente a las personas de su entorno
que no son comprensivas con usted, que ellas tienen la culpa de su depresión.
Entonces difundirá sentimientos de culpa y descontento.
ü Plantéate sobre
todo en situaciones críticas de decisión, de manera reiterada y completamente consiente,
la cuestión de tu misión. La misión da sentido a nuestra vida. (Ver etimología)
ü La misión hace
brotar la fuente en ti. Y te saca de tu estéril
autolimitación y tu aislamiento. El fluir de la vida es la verdadera condición
para que te sientas realmente bien contigo mismo. Cuando tu vida se convierta
en una bendición para los demás, te verás a tu vez obsequiado por aquellos a lo que das algo y recibirás mucha gratitud.
No damos porque necesitemos el agradecimiento o el cariño de los demás, sino
porque nos sentimos urgidos a ello desde dentro.
ü Pero
precisamente así se producirá una corriente de ida y vuelta que teman tendrá
vivo despertará la vida en las personas
que te rodean. Esto te llenará de alegría y gratitud.
ü Escucha a tus
propios sentimientos. Cuando te sientas agotado, amargado o explotado, cuando estés
susceptible, es señal de que en tu misión
no bebes de la fuente clara del Espíritu Santo, sino que se han entremezclado
otros motivos: la ambición, el sentimiento de ser algo especial y el afán de
estar por encima de los demás.
ü Mantén siempre
una actitud de sinceridad contigo mismo y ejercítate en el discernimiento de
espíritus para que en la entrega a los demás bebas de la fuente interior, que
no se seca porque es divina.
ü Que la lectura
de estas líneas te ayude a ver con mayor precisión las fuentes turbias que hay
en ti mismo y escaves más ha hondo a través de ellas hasta el fondo mismo de tu
alma, para allí descubrir la fuente pura y clara del Espíritu Santo que
refresca y vivifica, fortalece y purifica y hace florecer ese fruto con el que
muchos podrán deleitarse.
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